En este post vamos a realizar una reflexión acerca de cómo la tecnología ha cambiado nuestra vida respecto a la de nuestros padres.
Resulta evidente que las mejoras tecnológicas se suceden de forma muy rápida en un corto período de tiempo, por ello la etapa escolar de nuestros padres y la nuestra es muy diferente aunque realmente solo hayan pasado treinta o cuarenta años.
Si pienso en algo que es muy distinto ahora de cómo era hace un tiempo, lo primero que me viene a la cabeza es el acto de quedar con los amigos. En este momento es algo instantáneo y más que simple, que se realiza mediante un mensaje. Además si lo que buscas es quedar con más de una persona tienes la posibilidad de usar los famosos grupos de WhatsApp. En la época de nuestros padres, según ellos me cuentan, había dos posibilidades: o bien pasabas por la casa de tu amigo a preguntar si estaba o directamente ibas al lugar donde solíais quedar. Como todo, esto tiene sus ventajas e inconvenientes; una ventaja me parece que hace de los niños personas más abiertas a hacer nuevas amistades, ya que si llegabas al parque y no estaba el amigo que esperabas, siempre habría otros con los que jugar. Como inconveniente podríamos decir que está la posibilidad de pasarte una tarde buscando a tu amigo sin que éste aparezca. Sobre esto me gustaría decir que durante mi etapa escolar, evidentemente, tampoco existía la mensajería instantánea y muchos de mis amigos, incluido yo, no tuvimos teléfono móvil hasta ya entrada la adolescencia. Si querías quedar con alguien tenías que usar el, hoy obsoleto, teléfono fijo. Es por eso que a día de hoy todos mis amigos sabemos los números de la casa de los demás de memoria.
Otra de las cosas que se me viene a la cabeza si me propongo la tarea de pensar en las diferencias tecnológicas de ayer a hoy es el acceso y consumo de contenido multimedia. Hace ya algunos años que existen infinidad de canales de todo tipo, deporte, cine, documentales, cocina, dibujos animados... Pero la verdadera innovación ha llegado con lo que se conoce como "televisión a la carta". Este nuevo concepto consiste en la posibilidad de ver lo que uno quiera en el momento que uno quiera y donde uno quiera, sin necesidad de cambiar tus planes por ver algo en la televisión. Creo que esto ha tenido un impacto enorme, sobre todo en la juventud y en los más pequeños. Yo, por ejemplo, consumo muchísimas series y cine, pero jamás lo hago en televisión si no mediante plataformas online, de una forma que sea yo quien decide qué ver y cuándo hacerlo. Por otra parte, me resulta llamativo lo que ocurre con los niños de menor edad, quienes usan YouTube como un canal de TV para ver los capítulos de sus dibujos preferidos todas las veces que quieran.
En cuanto a las diferencias en las competencias que niños y niñas deben adquirir en estos momentos con respecto a la época de nuestos padres, la más notable es sin duda el uso de las nuevas tecnologías. Cada vez vivimos en un mundo más informatizado y donde el correcto manejo de la tecnología se antoja esencial para cualquier labor en el futuro.
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